ROL DE LA MUJER EN UNA SOCIEDAD CON ECONOMÍA DE LIBRE MERCADO

04.11.2012 08:09

(Publicado a mediados del 2008)

 

Por  Josue Castro  Huarcaya   *  Sociólogo y escritor

 (Este ensayo lo escribí hastiado por la injusticia social, que me llevó a desarrollar nuevas teorías que buscaran explicar estos defectos; hoy mi concepción ha variado ligeramente, creo que la artificialidad de la sociedad es una extensión de la naturalidad humana)

 

1.- PRESENTACIÓN

Las mujeres han jugando un rol significativo en los diferentes sistemas sociales que han existido en el desarrollo histórico de la humanidad, así como en sus respectivos modos de producción, siendo cómplice del varón en la configuración de los intereses que han devenido en las complejidades de la diversas formas de organización social. Desde que el hombre fue puesto en la tierra se evidenció sus limitaciones tanto reproductivas como emocionales, se reconoció la necesidad de complementarlo y dotarlo de la compañía de una “ayuda idónea” representado en la figura de la mujer. La mujer desde un inicio mostró su capacidad sugestiva hacia el hombre, quien se reducía ante la sensualidad o las manipulaciones emocionales a que le sometía la mujer. Esta figura lo podemos apreciar en la escena del “Edén”, cuando la mujer indujo al varón a comer del fruto prohibido, hecho que le significó la desgracia capital y que comprometió a su descendencia. En lo sucesivo la mujer estuvo detrás de todas las decisiones del varón, estableciéndose un pacto entre el hombre y mujer que iba más allá del valor de los “géneros”. Este pacto se consolido en el matrimonio que garantizaba la cohesión familiar, y posteriormente en las clases sociales. Lo anterior nos permite explicar el por qué no surgió un movimiento de género que buscara la cohesión femenina para defenderse del “yugo opresor del varón”. Esto sucedió por la existencia de una ley natural que designa  que la mujer ha sido creada para complementar al varón, este rol natural esta por encima del valor del “género femenino”. Esto último es clave para entender el fracaso de los movimientos feministas que, en su mayoría, se han ensartado en hechos de defraudaciones económicas, política y corrupción.

 

2.  SOCIEDAD ESCLAVISTA

Someramente debemos referirnos a esta etapa del desarrollo histórico de la humanidad, donde las mujeres estaban divididas en función a las clases sociales: por un lado estaban en la aflicción de la esclavitud, y por otro lado las encontrábamos en la comodidad de la nobleza. Ahora, sabemos que en este sistema social el valor de lo humano estaba reducido a una mercancía cuantificable monetariamente, y que el poderío de los nobles se media en función de la cantidad de esclavos que poseían, ya que ello significaba fortaleza ante una eventual batalla y mano de obra disponible para las faenas agropecuarias. En todos estos avatares la mujer estaba aferrada a su rol natural, la de complementar al varón, unas en la comodidad y otras en la injusticia. Pienso que las que llevaron la peor parte en este drama fueron las mujeres esclavas, ya que estas estaban a merced de las mujeres nobles que las sometían a cuanta barbaridad se les ocurría. Debo de aclarar que no podemos ser rígidos en el análisis de un sistema social, ya que en toda formación económica social coexisten diversos estratos sociales que juegan su propio papel, pero al final terminan afianzado las clases sociales predominantes.

 

3.  SOCIEDAD FEUDALISTA

La característica principal de este sistema social es el surgimiento del Estado, como consecuencia a interminables desequilibrios y la necesidad de dar lugar al ordenamiento sociopolítico con la subsecuente configuración de las naciones. Con el Estado se promueve la institucionalización  de la sociedad, así el matrimonio se convierte en un instrumento para legitimar el nuevo orden social, buscándose conservar la polaridad de clases, esta ves basada en la posesión de las glebas. Las siervas eran sometidas conjuntamente con los hombres de acuerdo a rol de la clase servil, que consistía básicamente en la producción agropecuaria, donde para poder expandirla, los hombres eran destinados para la guerra; por otro lado en la nobleza encontrábamos a la mujer en un rol de opulencia decorativa, los varones por su parte establecían alianzas estratégicas entre feudos y se formaban académicamente para garantizar ese status quo. Otro aspecto importante es que en este sistema social la opresión de clases no es vertical, ya que la fortaleza de los señores feudales radicaba en establecer alianzas con sus siervos para guerrear contra sus adversarios. En fin, se puede decir que en esta etapa se ponen las bases de la institucionalización. En cuanto a  la mujer queda claro la devoción a su rol natural.

 

4.- SOCIEDAD CAPITALISTA

El siglo XVIII fue un momento histórico de grandes transformaciones en Europa, tanto a nivel económico, como político, tecnológico y cultural. El fenómeno de La Revolución Industrial (la  gran transformación), y su consecuencia intrínseca, la migración, van a dar lugar a una complejidad social de abordaje académico imposible, y que la sociología se limita a designarlo como el “tejido social”. Los tsunamis de movilización social, del campo a las urbes es tal que destrozan los paradigmas existentes y dan lugar a una nueva lógica, el progreso expresado en el capital: “tener dinero es sinónimo ha comodidad”. Este despertar estaba motivado por un conjunto de expectativas que  hacia abandonar el campo a cientos de miles de siervos en pos del Progreso.  Esta explosión demográfica significo el colapso de las urbes europeas dando lugar a problemas masivos: hambre, enfermedades, condiciones  de vida terribles, mortandad. Pero el fenómeno más cruento se expresó en la producción económica, la sobreoferta de la mano de obra derivo en prácticas salvajes: explotación, bajos salarios, pobreza por un lado, y usura, acumulación de riquezas por el otro lado, en suma, injusticia social.

 

En una sociedad de libre mercado las actividades del Estado son limitadas y se propende la iniciativa individual, donde cada quien vela por lo suyo. Entonces, ¿Qué justifica la existencia del Estado? Las principales razones son la “defensa de la soberanía”, la promulgación de leyes para mantener en “orden público”. En el contexto económico del Neoliberalismo, son los Individuos los que tienen la libertad de tomar la decisión sobre su empleo, ahorro y consumo, orientado todo por la maquinaria sugestiva de los Mass media. Una sociedad compleja, de una casta de productores (control técnico, tecnológico y de capital), y otra de pródigos consumidores (poseedores únicamente de su fuerza de trabajo, pero no su voluntad), donde la economía de libre mercado convierte a los sujetos en objetos maneables, es una sociedad artificial.

 

5.-  TEORÍA DE LA “OPERADORA EFICAZ”

Esta sociedad industrial, según Herbert Marcuse, promueve el consumo autómata e inconsciente de los sujetos generándoles falsas necesidades, garantizando de este modo, el albor de la producción industrial. Una producción intensiva y dinámica que absorbe la Fuerza de trabajo del hombre, mujer e incluso niños. La producción industrial no hace acepción de género ni de edades. La presencia de la mujer en el mundo masculino es propia del siglo XIX, pero es a partir de la década del 1920 que la mujer se ve influenciada o empujada a ingresar al mundo laboral industrial, de una manera alarmante. Hoy más del 80% de mujeres en el mundo, laboran de forma determinante en la producción capitalista (consiste en la reproducción del capital): como obreras, empleadas, servicios, profesionales, funcionarias y cargos públicos. A partir de esto es que postulamos que la mujer no ha conquistado nada, que la presencia de la mujer en el escenario económico-productivo obedece estrictamente a intereses del Sistema, que ha arrancado a la mujer del seno familiar para convertirla en su “operadora eficaz”. Según los promotores del sistema era necesario crear una fuerza proletaria alternativa a los proletarios varones que se replegaban en sindicatos y exigían derechos en protestas interminables. Ante este despropósito, se tomó la decisión de garantizar el control del mercado laboral incidiendo en la sobreoferta de la mano de obra como condición básica para perennizar el Sistema. Claro que para estos objetivos había que impulsar la teoría de la “igualdad y equidad de género”; es decir, igualar la mujer al hombre ofreciéndole las mismas oportunidades laborales, educación y posibilidades de realización en todos los campos del conocimiento. Entonces las preguntas son obvias: ¿Quiénes impulsaron y financiaron los movimientos feministas? ¿Quiénes eran los más interesados en elevar a la mujer para contraponerla al varón bajo el pretexto del Machismo? Aquí no hay lugar para las casualidades, esto respondía a las consignas más sórdidas del Sistema. Todos sabemos que el sistema Kapilatista, contrariamente al sistema que le precedió, busca la desinstitucionalición, y su objetivo supremo es destrozar la “familia”.

 

De lo anterior, y para intereses del Sistema, el  Machismo es un fenómeno que existe, un yugo de opresión, que como dijimos líneas arriba, históricamente se han establecido roles artificiales: el hombre “productor” y la mujer reproductora; el hombre sujeto y la mujer objeto. En ninguna forma podemos estar de acuerdo que la mujer sea vituperada por el hombre, porque como hemos señalado la mujer es el complemento del varón, y lo que tiene que instituirse entre ellos es el amor. Además, las mujeres por naturaleza buscan en el hombre protección, seguridad, comodidad entre otras cosas; ellas reconocen tácitamente que el hombre esta por encima. Por  otro lado, los hombres vemos en las mujeres objetos preciosos, que cual coronas nos hacen sentir que somos hombres, que somos fuertes, que servimos para algo: “proteger a la mujer”. Creo que estos aspectos descritos responden a la naturaleza misma del ser humano. Pero la realidad es otra, ahora, si bien es cierto que el rol de la mujer en siglos pasados había sido el de madre y esposa (ayuda idónea), pasando de la economía de los padres a la economía del marido; en la actualidad la mujer es un objeto ya no del hombre sino del Sistema.

 

El rol de la mujer es absolutamente determinante en la sociedad kapitalista, su gestión multitifacética permite la sostenibilidad de la sociedad industrial ya que como proletaria es eficiente y eficaz (igual o por encima de varón), óptimas como profesionales ya sea de profesoras, enfermeras, ingenieras, etc., etc., etc., pero sobre todo como asistentes sociales; y se trata como amas de casa son verdaderas magas. Por eso afirmamos que la mujer hoy tienen un nuevo rol, la de ser “operadora eficaz”del sistema. ¿Qué sería del sistema sin ellas? El sistema hace mucho ya habría sucumbido, ya que los varones no hubiéramos podido soportarlo. La mujer se ha adaptado plenamente al sistema, involucrándose en todos los aspectos del mismo y convirtiéndose en una consumidora por excelencia: su carácter optimista la lleva a comprar más allá de lo necesario. Esta nueva condición de la mujer podría ser considerada por algunos como una especie de infidelidad de la mujer al hombre, pero lo cierto es que la mujer se ha posesionado de forma tan perfecta al Sistema que se ha convertido en su punto débil, esta situación me lleva a postular la tesis que sólo las mujeres pueden derribar este Sistema de injusticia: si ellas renuncian a ese rol de operadora eficaz y deciden sostener una huelga de brazos caídos sería un atentado mortal contra el sistema kapitalista.