LA MUJER DEL PRESIDENTE

28.09.2015 10:52

 

Por Josue Castro    * Sociólogo y escritor

 

1. LA ENGREÍDA DEL SISTEMA

Hace algunos años el añejo político arequipeño, Luis Cáceres Velázquez, reconocido personaje y casi filósofo, nos sorprendió con una afirmación excéntrica y fuera de serie, señalando que las mujeres no deberían meterse en política, que ellas sólo servían para la cocina y la cama. Por supuesto que estas expresiones en su momento fueron rechazadas severamente por la opinión pública, pero el tiempo ha terminado por darle la razón al viejo político de origen altiplánico. Si bien no se puede generalizar, esta afirmación exige su aplicación al caso de la “primera dama” de la Nación, Nadine Heredia, quien viene desempeñando un rol ajeno a su condición, ejerciendo un poder que nadie le ha otorgado e influyendo en las principales decisiones del gobierno del país.

Desde inicios del desafortunado gobierno del presidente Ollanta Humala, los grupos de poder económico (que controlan los medios masivos de comunicación) se esforzaron en promocionar la figura de la “primera dama”, presentándola como una gran profesional, una persona equilibrada, una mujer de amplia capacidad, incluso promovían sospechosas encuestas en las que supuestamente gozaba de una amplia aprobación popular, en fin, buscaban crear una falsa percepción en la población sobre ella, presentándola como una promesa presidenciable. Fueron el poder y estos ensalzamientos los que terminaron por envanecer a la “primera dama”, llenándola de soberbia. Así, el tiempo se encargó de evidenciar su nuevo perfil, el cual es semejante al papel que cumplió VLADIMIRO MONTESINOS en el régimen Fujimorista, en el lado oscuro del poder.  

 

Lamentablemente su intromisión ha producido el fenómeno de los poderes paralelos o superposición de poderes, dejando mal parados a los principales funcionarios del Ejecutivo, alcanzando al mismo Presidente de la República, Ollanta Humala Tasso, de quien se descubrió que pertenecía a la vergonzosa fila de los saco largo. Lo anterior no tendría importancia si no terminaría afectando a la gobernabilidad y la institucionalidad del Estado, recayendo directamente sobre los intereses de todos los peruanos. Sin lugar a dudas este desorden es síntoma de la falta de autoridad, la precaria personalidad e incapacidad moral del presidente, quien no termina de defraudar a los cientos de miles de peruanos que confiaron en él.  

 

2. BORRACHITA DE PODER

Tuvo que ser el mismo patriarca de los Humala, Don Isaac Humala, el encargado de tipificar la conducta pomposa de la esposa de hijo, calificándola como borrachita de poder. Con este título, el patriarca de los Humala dejaba entrever que la gran transformación consistía en la metamorfosis que sufriría su nuera, cuyo comportamiento pasaba a ser presumida, extravagante y altiva, y que sus injerencias no sólo vulneraban las relaciones a nivel familiar, sino que perturbaban el gobierno del país. ¿Tan difícil es caminar derecho?, alguna vez se preguntó la “primera dama”, como si dicha interrogante surgiera de las profundidades de su conciencia.

Con el tiempo estas poses de fastuosidad le pasaron la factura a la “primera dama”; su arrogancia le ha generado el rechazo masivo de la población. Hoy Nadine Heredia es sólo una caricatura de “primera dama”, que dista kilómetros de la conducta de una verdadera PRIMERA DAMA DE LA NACIÓN, como es la figura de la señora PILAR NORES DE GARCÍA. En consecuencia Nadine Heredia pasará a la historia como la peor “primera dama” que ha tenido el Perú.

 

3. CRISIS DE GOBERNABILIDAD POR INJERENCIAS DE LA “PRIMERA DAMA”.

Fueron los principales funcionarios de Ejecutivo, 03 de los 07 presidentes del Consejo de Ministros que tuvo este gobierno, quienes en su momento expresaron su malestar por las injerencias de la “primera dama” en las decisiones gubernamentales de impacto nacional. En un primer momento fue el premier Salomón Lerner, quien no pudo disimular su incomodidad por el afán protagonista de la “primera dama”; luego, Oscar Valdez,  también vería afectado su gestión por el influjo perturbador de Nadine Heredia y, finalmente, Cesar Villanueva, quien  terminó sacando a la luz el ilimitado poder del que goza la primerísima dama de la nación. El resto de premieres que tuvo el gobierno humalista, Juan Jiménez Mayor, René Cornejo Díaz, Ana Jara Velásquez y Pedro Cateriano, tuvieron que agachar la cabeza y conformarse a las imposiciones de la “primera dama”.

 

El suceso más escandaloso que reveló el poder ilimitado de la “primera dama” fue el indecente incremento del sueldo a los ministros (duplicación), donde se presume que la artífice haya sido la “primera dama”. El expremier, Cesar Villanueva, señaló que el paso siguiente era trabajar sobre el incremento del salario mínimo del resto de peruanos, siendo desmentido categóricamente por Nadine Heredia, quien abiertamente menosprecio el trabajo de los profesores y otros profesionales de a pie, señalando que no se podía comparar el trabajo de un Ministro con el de un simple ciudadano, que eso era absurdo. Es decir, ¿el hecho que los pobres quieran satisfacer sus necesidades es absurdo para la “primera dama”? Luego de esta afrenta al pueblo peruano, los 03 expremieres salieron a denunciar unánimemente la intromisión de Nadine Heredia en temas de Estado. Al dimensionar estos excesos cabe preguntarse: ¿Cuál será el costo de estas injerencias? ¿Cuáles serán las consecuencias para los peruanos por los caprichos de una “primera dama” desubicada? El pueblo peruano digno tiene que castigar este despotismo.

 

4.  LOS FAVORES DE SU MAJESTAD

Pero no todos están insatisfechos con los excesos de la “primera dama”, y menos aquellos que se han visto directamente favorecidos por sus intervenciones. El caso más emblemático es el de la ex premier, Ana Jara, quien alcanzó la fama por poner el pecho y secundar a su majestad en todo, para bien o para mal. En la bancada oficialista también se respiraba reverencias a su alteza, y más aún desde que asumió la presidencia nacional del Partido Nacionalista. Desde luego a la protección y los favores de la “primera dama” no escapa la familia Heredia. Una muestra de ello son su hermano Ilan Heredia, sus primitos Carlos Ramos Heredia, quien se encumbró como fiscal de la Nación, y Tania Quispe como la todopoderosa jefa de la SUNAT, quien, además, ostenta un grosero salario  de S/. 25.000 nuevos soles. Pero además de ellos, bajo la frondosa sombra de la figura de la “primera dama” se amparan su chochera Rocío Calderón, Antonia Alarcón, Santiago Gastañadui, la empresa Todo Graph, entre otros.

En Arequipa, para muestra de un botón, los tentáculos de su alteza alcanzan en plenitud. Es un rezo popular que para las designaciones a los cargos en las gubernaturas, debía coordinarse con Nadine Heredia a través de su amiguísima, la congresista Ana María Solórzano. Del mismo modo, para conseguir favores laborales el trámite consistía en viajar a Lima para conversar con su majestad o realizar la gestión a través del “CLAN SOLÓRZANO”. ¿Y a esto llamaban la Gran Transformación? (Según informó Prensa AHORA SÍ)

 

5.  UBICANDO A LA “PRIMERA DAMA”

Tras las continuas injerencias de la “primera dama”, a los peruanos nos ha quedado un sabor desagradable en la boca. Nosotros hemos elegido a Ollanta Humala como presidente del Perú y no a su mujer, nadie ha dado un voto por ella; por lo tanto sus constantes intromisiones sólo pueden generar indignación. En el caso de Arequipa el rechazo generalizado de la población se puede percibir a través de los hilos telefónicos de las emisoras en las sesiones noticiosas, donde el pueblo unánimemente considera como una provocación las poses de magnificencia que asume la “primera dama”, siendo apenas una advenediza. En consecuencia, para bien de todos los peruanos, la “primera dama” debería limitarse a cumplir su papel natural, que es sólo ser la mujer del presidente. 

Con respecto a todo lo sustentado, al señor presidente de la República, Ollanta Humala Tasso, el pueblo arequipeño le exige respeto y que ponga a su mujer en el lugar que le corresponde, y considere las sugerencias del viejo político arequipeño, Luis Cáceres Velázquez.