Candidatos sinvergüenzas en AQP
Candidatos locutores de radio aprovechan los micrófonos para hacer campaña electoral…
En Arequipa han arrancado las elecciones y, con ella, se expone lo más negro de la Ciudad Blanca: los politiqueros.
El pan de cada día es la competencia desleal, la guerra sucia, la falta de ética profesional y el irrespeto por el electorado.
Un par de casos que vale la pena resaltar es el caso de los otrora periodistas más influyentes en Arequipa, los señores Álvaro Moscoso y Walter Romero Castillo, ambos candidatos por el Movimiento político Unidos por el Gran Cambio, siendo el primero de ellos candidato a la Municipalidad Provincial de Arequipa y el segundo candidato a la comuna de Paucarpata. Ambos periodistas alcanzaron la fama gracias a su voz carismática, altisonante e irreverente con el cual conquistaron a las multitudes, pero con el tiempo ambos personajes sucumbieron en los brazos de la corrupción cuando se vieron envueltos en temas de extorción a autoridades y compromisos oscuros con la Minera Cerro Verde.
Hoy, en su calidad de candidatos, ambos locutores vienen desempeñase en diferentes medios radiales como si nada pasara y, cada vez que hay oportunidad, se permiten atacar a sus opositores de forma inclemente y, no contentos con ello, de cuando en cuando aprovechan para tributarse flores a sí mismos. Preguntamos: ¿Puede haber peor guerra sucia que esta? Pero la población no es tonta y, como era de esperarse, esta canallada ha generado un enorme rechazo.
Pero ellos no son los únicos locutores que postulan a las alcaldías en nuestra Región Arequipa, hay muchos más. Un par de casos que vale la pena mencionar, son los señores Marcio Soto, candidato a Paucarpata, y Roberto challa, también candidato a ese Distrito, quienes previo a su participación política decidieron renunciar a su actividades periodísticas por ética profesional, respeto al electorado o simplemente para desarrollar una campaña electoral limpia. ¿Es difícil entender que no se puede ser juez y parte a la vez?
La carrera electoral sigue su curso. Los políticos se desesperan en la recta final e implementan todo tipo de artimañas para seducir al electorado, cayendo en muchos casos en fatales excesos, al final, los candidatos que dispongan de mayor presupuesto para promocionarse serán los vencedores.