AREQUIPA, 50 AÑOS DE SOCIOLOGÍA

21.06.2013 19:13

 

Homenaje a la Sociología a propósito del 50 Aniversario de la Escuela de Sociología de la UNSA

 

1.- JUSTIFICACIÓN PERSONAL

Jamás pensé estudiar Sociología y menos llegar a ser sociólogo. No porque no me gustase, sino porque jamás en mi vida había escuchado mencionarla y menos sabía de qué trataba y, al igual que muchos, ingrese a estudiarla en la UNSA porque es una carrera de poca demanda por los postulantes y por lo tanto de fácil acceso. Ya en las aulas descubrí que muchos de los tratados de la sociología se adaptaban perfectamente a mi lógica y forma de valorar la realidad; comprendí que la Sociología había sido inventada para mí.

 

2. ¿EL SOCIÓLOGO NACE O SE HACE?

Es extraño pero ahora que soy egresado de sociología y prácticamente sociólogo, descubro que estudiar Sociología no ha significado un efecto considerable en mí, que en realidad siempre fui sociólogo; es decir, que cultivar un espíritu crítico, un pensamiento estratégico, razonar desde una perspectiva diferente, explicar el por qué de las cosas, leer los fenómenos socioculturales son cualidades innatas en mí. Supongo que debe ser a consecuencia de haber consumido una sociología basada en reproducciones cuadriculadas del marxismo y el positivismo. De esto último, cuánta razón tenía José Carlos Mariátegui cuando afirmó que a los peruanos nos faltaba pensar con cabeza propia, y aunque fueron sólo palabras ya que él fue uno de los principales reproductores del marxismo europeo, no deja de tener razón.

 

Muchos “sociólogos”, o diz que profesionales en Sociología únicamente lo son porque poseen un cartón que los acredita como tales, pero que en la práctica son  intrascendentes, parte del aparato burocrático, y van desde expertos en el llenado de fichas sociodemográficas, en diligenciar encuestas, en registrar en base de datos, en plagiar proyectos y planes, hasta otros que se reclaman técnicos y no pasan de ser simples operadores del sistema.

 

En contraparte, muchas personas profesionales (y no profesionales) que no tienen ningún conocimiento de lo que trata la Sociología, pero sus apreciaciones y conducta son legítimos Sociólogos en toda la extensión de la palabra: cultivan un cuestionamiento asiduo de la realidad, manejan escenas precisas de la historia y lo aplican en sus análisis a la realidad actual, plantean los problemas buscando explicar sus causas y sugieren posibles soluciones, tienen clara lectura de las cosas y hacen proyecciones en función a las tendencias de diferentes fenómenos, y se dan el lujo de aplicar sus ideas en una acción de compromiso social o ambiental; en fin, son sociólogos empíricos, pero ellos no lo saben y creo que es mejor así.

 

3. EL PROBLEMA DE LA SOCIOLOGÍA EN NUESTRA SOCIEDAD

Lo que sigue a continuación va a resultar incómodo para muchos, por eso voy a exponerlo en su cruda realidad. En nuestra sociedad la Sociología ha sido mal presentada: las personas  o no nos conocen o si nos conocen es de mala manera.

Debo confesar que a veces he sentido vergüenza de presentarme como sociólogo debido al estigma protervo que pesa sobre esta profesión. Cuántas veces en las relaciones interpersonales me he tomado el tiempo de explicar en qué consiste la carrera, porque sencillamente la gente no la conoce, y me siento bien por ello; pero el problema es con las personas que sí conocen o tienen referencias sobre precedentes de esta profesión; es entonces que vienen las execraciones contra uno: ¡no converses con esos radicales! ¡Esos son los socialistas reaccionarios!, ¡esos son los defensores de los sindicalistas mediocres!, ¡son los terruquitos!, ¡son extremistas!, ¡les gusta la protesta y la violencia!, ¡esos son intolerantes!, y otras procacidades semejantes, la verdad que da vergüenza: la Sociología esta desprestigiada. Es lamentable que nos conozcan como desadaptados y resentidos sociales, y no como científicos sociales.

 

Supongo que esto se lo debemos a nuestros predecesores sociólogos que se han esforzado por desprestigiarnos; hemos heredado una sociología mancillada. Ahora, cierto es que los orígenes de la sociología están fundadas en la confrontación y la lucha contra los desequilibrios sociales, pero ello no significa que estemos condenados a abrazar un rol bárbaro, ¿y dónde queda la imaginación sociológica? Por esta razón cuestiono abiertamente la Sociología que se ha practicado hasta ahora, porque ha resultado intrascendente, porque se ha exagerado en la protesta sin fundamento. Ahora, tengo entendido que por el aniversario número 50 de la Sociología en Arequipa, se desarrolla un simposio que congrega  a la élite de la Sociología nacional, donde seguro se argumentaran sobre los nuevos paradigmas de la Sociología; me pregunto si en toda la verborrea habrá lugar para la autocrítica y se pueda reflexionar sobre este aspecto que expongo, lo dudo.

 

4. ESCUELA DE SOCIOLOGÍA

Sobre la escuela de sociología de la UNSA no voy a decir nada, ni de los profesores, ni de su administración, ni de la comunidad que la conforma, nada de nada, porque tengo suficiente inteligencia como para ser sensato en este asunto.

 

5. ROL DE LA SOCIOLOGIA EN AREQUIPA

Pero no todo puede ser negativo de la sociología que se ha practicado hasta ahora, algo de bueno habrá, algún aporte para Arequipa que valga la pena enaltecer. En todo caso, los sociólogos más viejos podrán sacar cara por su trabajo sociológico y su impacto en Arequipa; pero ojalas no nos salgan con que participaron en gestas heroicas, organizaron a la prole contra la patronal, que forjaron sendero luminoso o cosas parecidas, porque todo eso está desechado, y la realidad de hoy lo confirma: la izquierda reaccionaria y la clase sindical parasitaria propende el subdesarrollo nacional.

 

Pero si se trata de ser justos, hay que reconocer que tenemos sociólogos cuyo esfuerzo personal los ha hecho destacar y están dejando en alto el nombre de la sociología; pero son pocos. Estos sociólogos que han hecho aportes a la sociedad e influyen en los gobiernos merecen su reconocimiento y lo tienen en la plata que se embolsillan y, aunque son operadores del sistema, algo es algo.

 

6. MODERNIZAR LA SOCIOLOGÍA: Transición de una Sociología de Protesta a una Sociología de Soluciones.

Estoy convencido que la sociología puede servir para algo más que protestas, violencia, extremismo o zalamería a la clase sindical mediocre; creo que esta profesión tiene suficientes recursos y mucho que contribuir al desarrollo del país: podemos convertir a la sociología en una sociología de soluciones que se anticipe a los problemas. Necesitamos modernizar la profesión y convertirla en una herramienta imprescindible en la planificación y gobernabilidad de la nación, ya sea generando instrumentos para medir indicadores en el planeamiento estratégico, o innovando procedimientos de investigación, técnicas que ayuden a optimizar la elaboración de diagnósticos, desarrollando teorías sobre diversos temas, incidiendo de manera especial en la gestión pública y la modernización del Estado, que permita resolver los problemas crónicos que padecemos como la pobreza, la corrupción, la contaminación, la inseguridad ciudadana, etc., cuya prevalencia no se justifica en nuestro país. Es tiempo de reinventar una Sociología que responda a las demandas de desarrollo de la nación y darle un sentido de soluciones. Por favor, son 50 años de ostracismo; es tiempo de dar lugar a una Sociología Moderna.